La Escuela San Daniel es uno de los establecimientos del Servicio Local de Barrancas que se ha caracterizado por darle un buen uso a la Subvención Escolar Preferencial (SEP). La escuela hoy se ha convertido en un ejemplo de la estrecha relación que se existe entre la mejora de los índices de calidad y el buen manejo de los recursos.
Flavio Zamorano, director de la Escuela San Daniel hace ya 5 años, comentó que cuando llegó al establecimiento la Agencia de la Calidad le entregó un informe poco alentador y tuvo que asumir el cargo en esas condiciones, pero que luego de un trabajo intenso con el equipo lograron revertir esos resultados y convertirse en una escuela que mejoró sus indicadores y tiene oportunidades de seguir creciendo.
La biblioteca es uno de los espacios en los que se invirtió con la SEP, lo que permitió mejorar el SIMCE y fomentar la lectura en los niños y niñas de la escuela. “Uno de los pilares fundamentales que debe tener una escuela es el CRA. Nuestros niños/as no tienen acceso a comprar los libros, entonces la biblioteca tiene que facilitarle los textos que los profesores/as solicitan. A ellos/as les gusta su biblioteca, también vienen en los recreos y piden libros para entretenerse el fin de semana, y así hemos mejorado los resultados académicos y el SIMCE. Yo tomé esta escuela con 202 puntos cuando no existía esta biblioteca, pero luego que la fuimos potenciando, los resultados fueron mejorando y hoy vamos en 275, 278 puntos”, sostuvo el director.
Además, con los fondos SEP formaron el “Bazar Escolar,” que entrega materiales para las clases a los/as estudiantes y a los/as docentes; materiales como mapas, vídeos, textos específicos. La idea es que los niños/as asistan a la escuela, aunque no tengan materiales y que los/as docentes realicen sus clases sin mayores inconvenientes.
De esta manera, la Escuela San Daniel, incrementó la matrícula de 200 a 450 estudiantes, y mejoró la asistencia de un 68% a un 92%. Un logro importante considerando que el 94,9% de los/as estudiantes son vulnerables y es fundamental implementar espacios y talleres para que puedan quedarse en la escuela después de clases y sentirse a gusto. Estos cambios repercutieron también en los apoderados, quienes ahora tienen una buena percepción sobre la escuela y se involucran más en el proceso educativo de sus hijos e hijas.