Santiago, 10 de junio de 2020.-
La comprensión de lectura es una de las habilidades claves a la hora de aprender, pues además de permitir la obtención de los aprendizajes pertinentes al currículum escolar, también favorece el desarrollo del pensamiento crítico y de la imaginación.
Para lograr una buena comprensión lectora, es importante crear hábitos de lectura en los niños y niñas; tarea que requiere de mucha dedicación por parte de los docentes y de los padres. En este sentido, una de los principales aspectos a considerar es la promoción de la lectura como un momento de goce, de imaginación, de aprendizajes, no como una imposición.
Pero, ¿cómo lo logramos ante el contexto en que nos encontramos?
En primer lugar, se deben mantener las lecturas complementarias en todos los niveles de aprendizajes. Sin embargo, como no es posible realizar el tradicional “control de lectura”, se puede aprovechar el contexto actual para innovar respecto a la evaluación de la lectura solicitada, como por ejemplo, solicitar a los estudiantes que caractericen a su personaje favorito a través de un video, que dibujen una parte de la historia que les generó mayor impresión, promover un conversatorio del libro, dramatizar un cuento en familia, etc. Estas iniciativas pueden incentivar de mejor forma la generación de hábitos lectores en los niños, niñas y adolescentes.
Otro aspecto para considerar es la situación de estrés y preocupación que viven los estudiantes en esta crisis, razón por la cual es fundamental ofrecer la lectura como un momento en el que escaparan de la rutina, se adentrarán a un nuevo mundo guiados por su imaginación. Dicho lo anterior, además de promover las lecturas obligatorias, también se pueden generar espacios en el que los estudiantes puedan escoger un libro, acorde a su edad y preferencias, y puedan compartirlo con sus compañeros/as de curso, motivando a alguien más a leer el mismo libro o a buscar otro para enseñar en “clase”.